Afuera, el viento enfriaba hasta los rincones de las almas.
Otro Sábado en compañía de la soledad.
Decidió cambiar el hábito, calzó zapatillas, jean, remera de Ramones, y mochila a cuestas.
Abrió un cajón, $10 es todo lo que encontró.
Llaves en el bolsillo, besos en la mejilla de mamá y papá. -Vuelvo más tarde dijo.Caminó tres cuadras, uno de su infinita cantidad de perros la acompañaba.
Llega a Lavalle y Bustamante, en la parada no había siquiera un alma, y su perro ya había quedado atrás.
Se pone los auriculares, mira a su alrededor (siempre fue precavida, siempre miraba a la gente sin mirar).Suena: Después de la tormenta- Embajada Boliviana.
Llega el colectivo, el corriente colectivo nº 21, alsa la mano, el colectivo para, se sube y se acomoda lo más atras posible.
Ya llegaba a Blas Parera y Lavalle cuando su celular, lo atiende pero no había voz que respondiera del otro lado.
Cierra los ojos, apoya la cabeza en el asiento: todavía faltaba la mitad del camino. Vuelve a sonar su celular, esta vez era un mensaje de texto: "¿Dónde estás? rezaba, y el remitente... un número extraño.
Decide contestar: "¿Quién sos?"
Pasan 10 minutos, recibe la respuesta: "Sabés quien soy, estoy en la esquina de Buenos Aires y Roque Perez"
Genial, no entendía nada. Igual, debía bajar en esa parada, entonces aprovechó para saber quien era.
Pasaron 10 minutos más... llegaba a la parada, pero parecía no moverle un pelo a su emoción.
Baja... todo estaba oscuro, y para completar, vuelve a llover. No ve a nadie.
"Flooooooor" grita una voz.. era un hombre acercándose. A medida que se acercaba empezó a recordar todo.. el número de teléfono, las promesas, los dolores... Era él. Él, a quien siempre hubo esperado pero vivía olvidando.
La abraza, él, como si nada, como si no supiera de dicho dolor. Ella, todavía atónita, decide hacer lo mismo.
Pasan cinco minutos y deciden caminar hacia el recital, pero, tomando el camino largo.
-¿Querés un cigarrilo?- pregunta él.
-Nn...no, no, gracias.- Responde, todavía recuperándose.
-¿Qué te pasa?- No entendía, él.
-No, nada, es extraño...tenerte acá.
-Sí, pero así es.
Caminaron dos cuadras en silencio, la cabeza de ella iba llena de pensamientos, de RECUERDOS, de esos que se reprimen en una parte oscura de la mente; y la boca de él... llena de humo.
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